Niños y piscinas: qué precauciones tomar para evitar disgustos

Niños y piscinas

 No cabe ninguna duda de que los niños son los que más se divierten en las piscinas en verano pero si queremos garantizar su seguridad es fundamental tomar algunas medidas para evitar disgustos. A continuación hemos recopilado los mejores consejos, recomendaciones y precauciones a tomar para evitar disgustos con los niños en las piscinas.

Siempre con supervisión adulta

Es fundamental tener en cuenta que los niños nunca deben bañarse solos en la piscina. Por mucho que nos parezca que saben nadar muy bien o que incluso nadan mejor que nosotros en cualquier momento pueden sufrir una caída, darse un golpe o que ocurra cualquier contratiempo y bastaría un descuido para que ocurriese un grave accidente. Además de no dejarles bañarse nunca solos al menos hasta que no tengan unos diez o doce años también es muy importante vigilarles con los cinco sentidos puestos en esta tarea porque si los dejamos nadando solos mientras ojeamos una revista, tomamos el sol o escuchamos música también es posible que se produzca un fatal accidente en un descuido nuestro.

Cuidado con los saltos

A los niños les encanta hacer volteretas, tirarse de cabeza, saltar a la piscina mil veces, etc. pero si no tenemos especial cuidado y no les damos unas pautas concretas puede acabar produciéndose un fatal accidente. Como nos recomiendan los expertos de PiscinasAthena, será fundamental avisar a los niños de que no deben tirarse nunca de cabeza en la parte menos honda de la psicina. Da igual lo pequeños que sean porque si se hunden más de la cuenta y llegan al fondo podrían sufrir un grave accidente que es fundamental evitar evitando este tipo de saltos tan arriesgados y peligrosos si la piscina no cubre lo suficiente como para garantizar una distancia de seguridad.

Añadir protecciones

Además, todas las piscinas deberían contar con protección para que los niños no puedan entrar sin nuestro permiso en la temporada de verano en que la piscina esté habilitada para su uso y también para que no puedan caer en los meses de invierno tanto si la piscina se encuentra llena como si está vacía. Los expertos recomiendan colocar alrededor una verja de por lo menos un metro treinta centímetros de altura y añadir también barras de hierro que no deberían distar unas de otras más de once centímetros para que los niños no puedan entrar. No te olvides de poner un candado o pestillo para que los niños no puedan colarse nunca en la piscina en un descuido tuyo.

Cuidado con las escaleras y los bordillos

Otras de las zonas más críticas de una piscina para los niños son los bordillos y las escaleras. Si bien estas zonas también son peligrosas para los adultos, los niños tienen mucho más riesgo normalmente porque no paran de entrar y de salir, de jugar y de tirarse de cabeza. Es fundamental ser muy precavidos con esto y con los accesos a la piscina. Además es importante decirles a los niños que no deben correr nunca alrededor de la piscina porque podrían hacerse daño al tener los pies mojados, caerse y darse un golpe.

El uso de medidas de seguridad

Para los niños que no saben nadar resulta fundamental, pero también deberían llevarlos los niños más pequeños por protección. Los manguitos y los flotadores garantizarán que los peques no puedan hacerse daño ni tener ningún tipo de accidente mientras nadan en la piscina.

Encontrar al socorrista

Si vamos a ir a una piscina pública de gran tamaño y los niños van a estar con otros pequeños jugando nunca está de más encontrar al socorrista por si fuera necesario pedir su ayuda en algún momento. Además también deberíamos aprender a hacer una reanimación cardiopulmonar para poder realizársela a los pequeños en caso de accidente grave.

Cuidado con los juguetes

Es muy importante explicar a los niños que no deberían dejar juguetes en la zona cercana a la piscina. Cualquiera podría caerse si tropezase con ellos y tener un accidente. Además, tampoco deberíamos dejar los juguetes dentro de la piscina porque los niños pueden intentar cogerlos desde fuera y caer al agua por accidente, siendo esto muy peligroso si no llevan manguitos y no saben nadar.

Enseñarles a nadar

Por último, sin duda es fundamental que los peques aprendan a nadar lo antes posible. Cuanto más pequeños sean más fácil aprenderán si les apuntamos a un cursillo o les enseñamos nosotros mismos, y más tiempo tendrán para disfrutar nadando con sus amigos y pasarlo en grande todos los veranos.

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